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Ocho veces quince
- Andrea Fernández Cantero
- 27 sept 2015
- 1 Min. de lectura
Lo mejor de mí eres tú, porque antes de ti no había nada y si había, eran lágrimas. Todo lo negro que a veces se vuelve gris tú no lo haces blanco, me lo conviertes en arcoiris. Sólo he necesitado tus manos para cerrar mis cicatrices, esas que aún sangraban pero contigo, todo cambia. Cambia mi vida y mi cara se viste de sonrisas, sonrisas que llevan tu nombre. Y todas tus caricias las guardo bajo las sábanas. Bajo las sábanas me desvistes a la vez que me vistes con cada uno de tus besos y tus miradas, y me haces sentir plena. No pienses que me he olvidado de tus caricias porque ellas me erizan la piel a la vez que me tatúan tu amor en el cuerpo.
Dejo el tiempo en tus manos,
mi vida ya es tuya.
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